Esta receta de helado de banana y dulce de leche es un viaje de ida

Esta receta se hace con 2 ingredientes, no necesita ni máquina heladora ni crema, y queda con textura de helado de verdad. Perfecto para quienes quieren una opción más liviana o para salvar un antojo dulce con lo que hay en casa. Además, tiene el gustito bien argentino que todos amamos.

La base es simple: bananas bien maduras y dulce de leche. Lo ideal es que las bananas estén con manchas negras en la cáscara, porque ahí es cuando más dulces y cremosas están. Se pelan, se cortan en rodajas y se llevan al freezer hasta que estén duras (mínimo 3 horas, pero mejor si es de un día para el otro).

Una vez congeladas, se meten en una procesadora o licuadora potente junto con dos o tres cucharadas generosas de dulce de leche. Al principio vas a pensar que no pasa nada, pero insistí. Se empieza a desarmar de a poco hasta que se transforma en una mezcla cremosa, espesa, como si fuera helado recién salido de la heladería.

Se puede comer así nomás, o volver al freezer en un tupper para que tome más firmeza. Y si querés darle un plus, sumale chips de chocolate, nueces picadas o un chorrito de esencia de vainilla. También queda tremendo con una base de galletitas molidas como si fuera una mini torta helada.

No tiene azúcar agregada (más allá del dulce de leche), y es vegano si usás dulce vegetal.